Qué vas a aprender
Resumen
La enfermedad celíaca es una condición sistémica inmunomediada desencadenada por el consumo de gluten en individuos genéticamente predispuestos, presentando tanto síntomas digestivos como extradigestivos. Es crucial distinguirla de la sensibilidad al gluten no celíaca y el síndrome del intestino irritable debido a las diferentes implicaciones futuras.
El primer error común es diagnosticar la enfermedad celíaca basándose en la mejora sintomática del paciente tras dejar el gluten, sin realizar una evaluación clínica completa y confirmación mediante biopsia duodenal, serología específica y genética. Las guías actuales, tanto americanas como europeas, indican realizar biopsias incluso con serologías negativas en casos de diarrea crónica, síntomas gastrointestinales con antecedentes familiares, dermatitis herpetiforme, y otros marcadores clínicos.
Otro error frecuente es solicitar serología sin pedir niveles totales de IgA o realizar pruebas con el paciente ya en dieta sin gluten. Los anticuerpos antitransglutaminasa IgA son los más sensibles y deben ser acompañados por niveles totales de IgA para interpretar correctamente los resultados. En casos de sospecha alta y serologías negativas, debe considerarse la enfermedad celíaca seronegativa y proceder con biopsias duodenales adecuadas.
Las biopsias duodenales, necesarias para un diagnóstico preciso, deben tomarse con el paciente consumiendo gluten. Es esencial distinguir entre la atrofia vellositaria causada por la enfermedad celíaca y otras condiciones como infecciones, medicamentos, enfermedad inflamatoria intestinal y colitis microscópica.
El estudio genético HLA-DQ2/DQ8, aunque no patognomónico, tiene un alto valor predictivo negativo y ayuda a descartar la enfermedad celíaca en casos de serología negativa o biopsias normales pero con alta sospecha clínica. Es útil en familiares de primer grado asintomáticos y en pacientes con enfermedades autoinmunes relacionadas.
La correcta explicación de la dieta sin gluten es fundamental para evitar errores de manejo. Se debe informar al paciente sobre la necesidad de evitar trigo, centeno, cebada y avena (a menos que esté etiquetada como sin gluten) y sobre la contaminación cruzada. Los productos etiquetados como "sin gluten" pueden contener pequeñas cantidades de gluten y no son necesariamente más saludables.
El seguimiento del paciente celíaco incluye la normalización de anticuerpos y la evaluación de la mucosa duodenal después de al menos dos años de dieta sin gluten. Es controvertido realizar endoscopias de control en pacientes asintomáticos con serologías negativas.
La enfermedad celíaca refractaria se sospecha cuando hay una falta de respuesta clínica y serológica, y se descartan diagnósticos erróneos, incumplimiento dietético y enfermedades asociadas. Incluye la evaluación con TAC, cápsula endoscópica y biopsias duodenales. Su definición requiere la persistencia de síntomas malabsortivos y atrofia vellositaria tras 6-12 meses de dieta estricta sin gluten. Existen dos tipos: tipo 1 con linfocitos T normales y tipo 2, un estado precancerígeno con linfocitos T aberrantes.
Objetivos de Aprendizaje
Diferenciar la enfermedad celíaca de la sensibilidad al gluten no celíaca y el síndrome del intestino irritable.
Comprender la importancia de la biopsia duodenal y la serología en el diagnóstico de la enfermedad celíaca.
Identificar cuándo utilizar el estudio genético HLA-DQ2/DQ8.
Explicar correctamente la dieta sin gluten y evitar la contaminación cruzada.
Realizar un adecuado seguimiento y manejar correctamente los casos de enfermedad celíaca refractaria.